viernes, 12 de noviembre de 2010

EL TAZON DE MADERA
El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de 4 años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse asunto difícil. Las lentejas caian de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
"Tenemos que hacer algo con el abuelo " dijo el hijo "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".
Asi fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahi el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba de comer. Como el abuelo habia roto uno o dos platos, su comida se la servian en un tazón de madera.
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo, y podian ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahi sentado solo.
Sin embargo, las unicas palabras que la pareja le dirijía eran frios llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años, observaba todo en silencio. Una tarde, antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente "Que estas haciendo?"
Con la misma dulzura el niño le contestó "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá, para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos".
Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeñó golpearon a sus padres de tal forma que se quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabian lo que tenian que hacer.
Esa tarde, el esposo gentilmente tomó la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.
Por el resto de sus dias ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecian molestarse más cada vez que el tenedor caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Esta reflexión la leí hace mucho tiempo en la radio. Me la proporcionó una amiga que ya no está entre nosotros y la guardé como algo muy preciado.
Ojalá te haya gustado y pueda quedar guardada en tu corazón.
A mi me hizo pensar bastante, y eso que a mi me cuesta.jaja. Pero de verdad, es una gran lección.
Tratemos a los demás como queremos que nos traten !!!

7 comentarios:

  1. QUE RAZON TAN GRANDE, SIEPRE PIENSO ESO, NO LE HAGAS A LOS DEMAS, LO QUE NO QUERES QUE TE HAGAN A TI.

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  2. Es un ejercicio diario, pero vale la pena. Gracias por comentar

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  3. la verdad q entre por primera ves y tengo q felicitarte estan hermosas y se me a caido mas de una lagrima dios te bendiga

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  4. Gracias Alicia por tu comentario !!!!

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  5. ME ENCANTO, PENSAR QUE HAY PERSONAS QUE MENOSPRECIAN A LOS ABUELITOS ASI.... PENSAR QUE TAMBIEN MUCHAS VECES HACEMOS LO MISMO CON DIOS, LO PONEMOS A UN LADO,Y EL EN SILENCIO LLORA,,,,NO DANDOLE EL LUGAR QUE DEBE TENER.PRIMER AMOR PRIMER LUGAR........ BENDICIONES

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  6. Gracias Vanessa por tus comentarios y por visitar mi blog!!

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  7. Conmovedor, aleccionador. Ideal para compartir el día del abuelo. Gracias, Julia.El anónimo es Pablito Modernell, jaja!

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