lunes, 3 de enero de 2011

Bueno, ya recuperada de un pequeño problema de salud, estoy de nuevo.

Espero que hayas pasado unas preciosas fiestas, y ahora, sea el tiempo de "manos a la obra" para poder realizar esos sueños y deseos que se dijeron para este nuevo año.

Que tengas un excelente año, es mi mejor deseo, y que puedas caminar en esta vida, tranquilo y en paz, porque no estás solo. Hay alguien, que siempre camina a tu lado y está para acompañarte en todos tus momentos. Espero que te acuerdes, en esos momentos complicados, que hay un Dios que te ama y nunca te abandona.

Hoy encontré una reflexión sobre la voluntad para alcanzar metas, y me pareció apropiado compartirtela en este principio de año.

Todo lo que te propongas, todos tus sueños, todas tus metas, pueden ser realizadas si tenés la voluntad de seguir adelante, luchando, a pesar de todo. El que persevera, es el que triunfa. El que abandona, nunca lo sabrá.
Que tengas un excelente dia, y gracias por estar ahi. Me hace bien, saber que estas, y que tenemos esta comunicación. Nos vemoooooos !!!!!





Cuando empezé a manejar una bicicleta, hace un par de años, no pensaba que me implicaría mucho más que un ocasional paseo corto. Pero a medida que reunía fuerzas, mis amigos me alentaban a que intensificara mi entrenamiento e intentara algunos viajes más largos. El primero que se presentó fue un recorrido de 300 km, un acontecimiento anual por el que se recauda dinero para combatir la escleorósis múltiple.

Cuando me registré, la idea parecía fantástica- apoyar una causa digna mientras se recorría esa distancia- y me entrené con entusiasmo. Pero a medida que se acercaba el momento de la carrera, mis dudas personales ganaron terreno respecto de mi resistencia. Seguía deseosa de recaudar dinero para caridad, pero realmente no quería andar todos esos kilómetoros dos dias seguidos.

La carrera comenzó una hermosa mañana de domingo en los tranquilos campos de Georgia, y durante las primeras horas me sentí maravillosa. Era exactamente la experiencia que habia imaginado y estaba de muy buen ánimo. Pero al llegar el fin del dia, me sentia cansada e irritable.

Si el cuerpo está conectado con la mente, éstas eran pruebas al canto. Cada excusa que mi cerebro interponía parecía viajar directo a mis piernas. "No puedo manejar esto" se convertia en un calambre de pierna y "todos los demás andan mejor", se traducía en una reducción de la respiración. Estaba segura de que tendría que abandonar.

Cuando llegué a la cima de una montaña, la magnífica caida del sol me mantuvo pedaleando unos minutos más. Entonces, a la distancia, recortada contra el brillante sol rojo, vi una figura solitaria que pedaleaba con mucha lentitud. Adverti que la persona se veía distinta en algun sentido, pero no me daba cuenta por qué, de modo que me apresuré a alcanzarla. Alli estaba, pedaleando lenta pero segura, con una ligera y decidida sonrisa en su rostro pero con una sola pierna.

En ese instante, mi atención cambió. Durante todo el dia habia dudado de mi cuerpo. Pero ahora sabía que no era el cuerpo,sino la voluntad, lo que me ayudaría a alcanzar mi meta.

LLovió todo el segundo día. No volví a ver a la mujer de una sola pierna, pero seguí avanzando sin quejarme, sabiendo que de algún modo estaba alli, junto a mi. Y al final del dia, sintiéndome fuerte aún, completé los trescientos kilómetros. Kathy Higgins

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