jueves, 24 de febrero de 2011


BETHESDA

Este es mi humilde homenaje al colegio y liceo que asistí.


Cada vez que escucho tu nombre mi corazón sonríe.
No se quien lo habrá elegido pero lo asocio con "refugio", "hogar" "raíces".
Mi memoria vuela hacia los primeros días de tu existencia.
Un grupo de 19 niños, si mal no recuerdo, el matrimonio Evenson, la maestra Rosita. Cuantos recuerdos !!!
Todos están ahi, en mi memoria, algunos tan escondidos, que me es difícil traerlos rápidamente. Con el correr del tiempo las imágenes en la memoria se hacen más ideales. Parece como si quisieramos recordar sólo los los buenos momentos y nos afianzamos a la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. No quiero llegar a esa conclusión, pero si convengamos que fue diferente.

Eramos los fundadores. Detrás nuestro vendrían nuevas generaciones, con otras vivencias. Pero los que ibamos adelante, marcando el camino, teníamos el sabor de lo desconocido.
Era la primera vez que habia un "kindergarden", como lo llamaban. Era el 1er primero, el 1er segundo y asi sucesivamente.
Pero no solo eso, era el esfuerzo compartido. Eran los padres poniendo el hombro para ayudar a sacar el colegio adelante.Eran las kermeses, las semanas del metro cuadrado, las rifas para los arreglos del colegio.

La figura del "maestro", tan particular, dejando su propia vida en pro de un sueño.
Con sus métodos a veces tan poco ortodoxos para enseñar, pero si efectivos.
Recuerdo el vitraux del viejo edificio donde supuestamente pintaba Blanes, y luego tuvieron que abandonar.
Habia un sabor a escuela-hogar, porque eramos una familia.
Nos encantaba quedarnos fuera de hora, ir los sábados, todo un desafío.
Los paseos con el maestro, que nos llevaba a "algun lugar", nos hacia caminar y caminar. Hasta hoy me queda la duda si él sabri a donde queria llegar.

Una vez un compañero (no quiero decir el nombre porque debe ser jefe de familia y seria un papelón) se portó mal, y el maestro no tuvo mejor idea que "bajarlo" por la escalera .....con silla y todo. Nunca me voy a olvidar de eso.
Le teniamos una mezcla de respeto con humor. No se entendia bien si lo hacia de verdad o era una broma.
Cuantas veces tuve que hacer en casa las copias de "no debo hablar en clase". Tantas que a la distancia parecen un disparate. Hasta mi familia tuvo un dia que ponerse a ayudarme ya que eran "demasiado".

Las danzas de fin de año, el famoso pericón, (cuantas veces lo bailé !!), las interpretaciones bíblicas del pesebre, el libro de Ruth, donde me tocó interpretarla. Junto a Nelson Buzeta que hacia de Booz, Adriana Rios interpretaba a Olga y Walter Garcia a el pariente lejano, las letras de tu himno que hizo mi abuela.....
Las capillas, el tiempo que quedábamos a comer en el colegio, las maestras...

Recuerdo una anécdota en la que un dia estabamos jugando con una tabla y un tanque donde hicimos un sube y baja improvisado. De un lado estábamos los hinchas de Peñarol y del otro los de Nacional. Gritábamos a más no poder. Una compañera (no importa el nombre) se lo tomó como algo personal y me dió una cachetada. Luego otra y me tiró al suelo. Me agarró de las trenzas(bueno en esa epoca usaba) jaja, y todos los compañeros en lugar de tratar de separarnos gritaban "dale Julia !!" Mi mamá , que en aquella época era la cocinera del colegio, salió despavorida gritando " Me la mata, me la mata ",pero todo quedo en eso.

Cada persona en la vida deja huellas. Todas ellas son el fruto de lo que somos ahora. El fruto de experiencias compartidas donde sin duda Bethesda fuiste fundamental. En tus aulas aprendí mis primeras letras, aprendí a conocer y querer a mi país, aprendi a juntar mis manos para agradecer a Dios.

Y asi, fuimos creciendo, Bethesda y nosotros, nosotros y Bethesda.

Cuando te veo tan grande, tan maduro, tan adulto, pienso en estas nuevas generaciones si sabrán de tu esfuerzo para salir adelante, de tu empeño por no bajar los brazos y seguir en pos de un sueño, de tus lágrimas cada vez que alguien trataba de hacerte daño. De tu valor para enfrentar cada problema, de tu integridad que te hace único.

Cuantas vidas pasaron a través de los años, hasta mis hijos en algún momento.

Pero creo, sin temor a equivocarme, que aunque pase el tiempo y todo se renueva, en algún lugar, siguen flotando en el aire, 19 niños correteando por tus salones, felices, inocentes, sin la más mínima idea de que el tiempo pasa. Ellos siguen allí, riendo, corriendo, en tu sangre.

Porque Bethesda, no sos solo un Instituto de Enseñanza, sos una vida transmitiendo vida.

Mi nombre. Julia Grise Pérez Lauria´

Mi profesión. Rematadora Pública y Comunicadora.

Somos el resultado de todas las vivencias compartidas. !Gracias por tanto, perdón por tan poco..!


Este año, mi nieto empieza el Jardin de Infantes en el Bethesda.

La historia continua......

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